BUNBURY EN FREEK MAGAZINE



BUNBURY > El hombre tranquilo
Fecha: 3 de Noviembre de 2008 / Autor: Tali Carreto · Fotos: Josegirl

Por un lado Enrique, tranquilo y reposado. Por el otro Bunbury, más rockero que nunca. Persona y artista se funden en "Hellville De Luxe" (Emi), su cuarto disco en solitario. El músico más ambulante de nuestra escena, siempre dispuesto a huir de las etiquetas, parece haber encontrado su destino.

Después de haber respondido el año pasado a 100 preguntas de tus seguidores a través de internet, ¿te quedan aun ganas de contestar más preguntas?

A mí no me gusta nada en general hacer entrevistas, pero eso de la página web fue una manera de tratar de alguna forma bien a los fans, que además muchas veces ven cómo me hacen entrevistas y la mayor parte de las veces preguntan las mismas obviedades. La gente que me sigue tiene preguntas que jamás me va a hacer un periodista, pues son preguntas de, digamos, licenciados en la materia.

Espero que mis preguntas no te defrauden... Allá vamos. "Soy un explorador solitario que perdió la brújula y el mapa / y ustedes me habéis visto siempre en acto de servicio". Así comienza "Hellville de Luxe". Ya sé que no te gusta hablar de tus letras, pero estas son toda una declaración de principios, ¿no?

No todas las letras de las canciones son tan autobiográficas como parecen. De hecho, muchas de las canciones que escribo en primera persona no hablan exactamente de mí. Y hay muchas que escribo en segunda o tercera persona que sí lo hacen. Ahí a veces juego con la confusión. Pero aun así, esa canción que citas sí me parece una declaración de principios, de un personaje que además guarda muchas similitudes conmigo y con el que me identifico bastante.

¿Es cada nuevo disco una exploración hacia dentro y hacia fuera, hacia tu persona como artista y hacia la respuesta que generará en el público?

Es más hacia dentro, es una exploración de terrenos que espero no haber pisado lo suficiente. En algunos sentidos, porque creo que todavía puedo ofrecer siempre algo más, y en otros porque intento buscar nuevas áreas para emocionarme con este mundo que me parece fantástico, este oficio del compositor de canciones, del músico de rock. No quiero repetir patrones una y otra vez, encanjonándome yo mismo o marcando claramente cuál es el terreno que piso. Mi terreno es la composición de canciones, y creo que puedo componer una ranchera o componer un rocanrol. Ahí es donde puedo investigar con sonoridades, con instrumentación, con producción. Eso no lo quiero dejar de hacer, si no me parecería un trabajo aburrido e insustancial.

Siempre has dicho que te gustaría lanzar un disco realizado al completo por ti, donde tocaras todos los instrumentos...

Bueno, eso es un proyecto que casi viene más de fuera que de mí. Ya he hecho algunos experimentos así, tocando yo todo, en las maquetas sobre todo y el ingeniero que trabaja conmigo desde hace bastante tiempo siempre me ha dicho: "Este es un disco que tú tienes pendiente, un disco donde no haya músicos y sólo toques tú". En esta ocasión hay canciones que dejé para las caras B en las que exceptuando la batería tocaba yo todo lo demás. De todas formas, y aunque esa idea siempre esté ahí, es un proyecto un poco megalómano, y si acabara haciéndolo me gustaría que fuera un proyecto intimista, más pequeñito, con menos instrumentación y que tuviera cierta lógica que lo hiciera yo solo. Que fuera un disco donde estuviera yo, con el piano y la guitarra.

¿Un disco de cámara?

Ja ja... Sí, y que las cosas que tuviera extras fueran porque estuviera solo en el estudio y las tuviera que tocar.

Han pasado cuatro años desde "El viaje a ninguna parte", tu anterior disco en solitario. ¿Por qué tanto tiempo?

Cuando terminé la última gira decidí tomarme un tiempo indefinido sabático, principalmente de los escenarios. Llevaba ya un tiempo disco-gira, gira-disco, disco-gira... y me apetecía de alguna forma parar esa rueda y dedicarme un poco más a mí mismo. Encontrar, por ejemplo, un lugar donde vivir, que es El Puerto de Santa María, buscar otro tipo de aficiones o simplemente dedicarme a aquellas que me gustan y que no había podido dedicarles el tiempo que merecen. Claro que durante todo ese tiempo he ido componiendo canciones, porque es algo que me gusta y me sale de forma natural, eso de levantarme una mañana con una idea en la cabeza e intentar plasmarla en una canción.

Y ahora "Hellville De Luxe" nos llega en cd, doble vinilo, versión digital en iTunes... ¿Eres de los que les gusta estar encima de cada detalle?

Sobre todo me he volcado en mi obsesión con el vinilo. Yo tenía claro desde el principio que éste era un disco para hacer en vinilo. También, tal y como está ahora la industria discográfica, la compañía me ofreció hacer dos formatos principales. Uno, digamos más pajero, que era para mí claramente el cd y en el que yo he puesto un poco menos de interés. Y por otro digamos el formato de lujo que para mí es el vinilo, en el que hemos puesto más canciones y es para la gente que tiene verdadero interés. Y luego está el formato digital, del que yo no soy muy aficionado pero que entiendo que hay toda una nueva generación, entusiasmada con el mundo de las descargas, legales o ilegales, pero por las que yo particularmente no tengo ningún tipo de simpatía.

Y luego está como suena un disco en vinilo, por muy purista que me llames...

Bua, con decirte que cuando fuimos a Nueva York a masterizar y me lo puse en la habitación, no me acabó de gustar, pero cuando recibí el acetato -que lo tengo en casa, la copia original del vinilo-, me lo puse y me dije: "Joder, esto sí, esto sí que suena". Con todo el sistema que habíamos utilizado en la grabación, de compresores antiguos, una mesa de los años ‘60, determinadas sonoridades se potencian muchísimo más en el vinilo. Pero claro, esto ya es una cosa que ahora viene un chaval de 17 años y le suena a chino, o a cavernícola. Y nos diría: "Sí, sí, y antes se cazaba mejor con la porra que con la escopeta...". Yo provengo de una época en la que me compraba exclusivamente vinilos, luego apareció el cd, nos engañaron con que sonaba mucho mejor y que además no se rayaba y duraba toda la vida... y ahora hay otra generación que está con las descargas y donde la música les parece más de usar y tirar. Yo no le encuentro ningún sentido y pienso que por alguna extraña razón, mientras la venta de cds está bajando exponencialmente, la venta de vinilos ha crecido en el último año y medio un 30%. Se vendía muy poco vinilo en los últimos años y este 30% tampoco no es que sea demasiado significativo, pero me parece que hay un dato importante: que aquellos a los que nos gusta la música parece que hemos decidido al fin que ya no nos venden más milongas, que tenemos ese formato, hermoso en el arte y genial en cuanto el sonido, que es el vinilo.

Hablando de arte y sonido: "Hellville De Luxe" tiene un espíritu fronterizo, sólo hay que echar un vistazo al disco, visionar el clip que ha dirigido Edouard Salier o escuchar canciones como "Bobby Perú" o "Irremediablemente cotidiano"...

El álbum es bastante americano. Americano en general. Yo pienso que lo que he buscado es investigar un poco más en las músicas y las tradiciones del folclore americano, que es algo que ahora me apasiona: el blues, el folk, el country, el rocanrol primitivo de los ‘50, el tex-mex... Y creo que todo eso aparece en el disco. Incluso hay una canción que es una especie de bolero rocanrol, que podría estar muy cercano a lo que en su momento hacían bandas como los Texas Tornados.

¿Y por qué te atrae tanto esa estética del video, a camino entre "Los renegados del diablo" y una peli de Peckinpah?

Cuando hablé con Edouard le puse un montaje que yo había hecho con la última escena de esa película, con la canción "El hombre delgado". Y le dije: "Esto es lo que me gustaría". No sé si tienes en la cabeza esa escena...

Sí, con el "Free Bird".

Justo. De alguna forma le dije que no me gustaría llegar siquiera a la parodia, sino que me interesaba coger ese ambiente, imitar esa escena quizás con otros elementos, pero manteniendo ese espíritu.

Pues lo habéis conseguido.

Me alegro.

En esta nueva gira ya tienes confirmadas 16 fechas y sólo en España. ¿Has vuelto con las pilas recargadas?

Sí, después de tres años tenía que volver a mi medio natural que es el escenario. Tenía ya el mono. Es algo que necesito como el comer. Y bueno, los 16 españoles son los 16 primeros, en la gira norteamericana haremos 22 conciertos, luego viene Sudamérica, luego Europa y es posible que hagamos alguna repetición en España. En total, imagina que esta gira estará en torno a los cien conciertos. Pero hay ganas.

Con este nuevo disco, tus discos en solitario superan ya los que publicaste junto a Héroes. ¿Cuándo piensas que la gente dejó de verte como el tipo que cantaba en Héroes del Silencio?

Yo creo que en "El viaje a ninguna parte", que fue mi anterior disco en solitario y que era el cuarto en solitario, en estudio, ya había el peso de una carrera. Pero de todas maneras siempre pienso que cada disco va apuntando algo más y la parte de Héroes se va quedando más pequeña, como algo de un momento concreto en el que yo tenía veinte años. Además aquella es una época que se recuerda con mucho cariño, que está muy bien, pero lo que es obvio es que mi vida musical ha continuado.

Ya que hablamos de la percepción de la gente, hablemos del tema polémico que ha saltado con tu nuevo disco. Si Tarantino puede inspirarse de aquí y de allá y alaban su interpretación de otro filme o de otro autor, si Madonna puede explotar a mansalva un sample de Abba y recibir aplausos, ¿por qué crees que a ti se te acusa de plagio por un hecho similar?

Bueno, yo no me puedo meter en si se me tiene ojeriza o no, no tengo ningún conocimiento de eso. ¿Que el tema ha sido un poco mal tratado? Yo pienso que sí. ¿Se ha caído en el "ovejitas bobas, lo que dice una lo dicen todas"? Por supuesto que sí. ¿Y si creo que ha habido alguna reflexión? Yo creo que no ha habido ninguna. Esta que estás haciendo tú, me sirve. Pero se pueden hacer muchas otras con temas parecidos, en cuanto a textos con ideas que por supuesto has recogido en tu vida cotidiana. Todo proviene de algún sitio. Lo importante siempre es crear una obra nueva a partir de referencias o de lo que quieras. Porque puedes pensar que todo lo que haces es único, nuevo o que no se ha hecho anteriormente, pero no. Creo que un plagio es un plagio, y una interpretación es una interpretación. Yo estoy citando mucho un libro que hay ahora, que habla sobre las letras de Bob Dylan, que se dedica por completo a esto mismo, a este mismo tema, a de dónde salen determinadas frases en sus canciones. Y yo se lo recomendaría a todos estos que están diciendo y señalando con cierta mala fe, pero bueno, creo que es un tema que se cae por su propio peso y que no aguantaría un combate. O un debate.

Por cierto, y ya que hablamos de poesía, ¿qué tal va Chorrito de Plata? ¿Hay más libros en camino?

Sí, el próximo es de Sebas (Puente), el cantante de Tachenko. Y llevamos ya catorce libros publicados en cuatro años. No sé si es mucho o es poco, pero vamos haciendo ahí poco a poco una pequeña colección. Sacaremos muchos más.

¿Y cómo te dio por montar una editorial dedicada a la poesía?

Cuando yo vivía en Zaragoza, que fue cuando empezamos, estábamos Antonio (Estación, socio de Enrique en la editorial) y yo rodeados de gente que escribían y venían y nos enseñaban sus poemas, y veíamos que nadie les iba a publicar jamás, porque era una cosa un poco amateur, y encima provenían del rock. Y tú sabes que la gente que proviene de otros gremios están malvenidos cuando se cambian de acera. Entonces pensamos que sería una buena fórmula que lo hiciéramos nosotros, con unas expectativas pequeñas. Porque todo el mundo lo sabe: de la poesía no se puede vivir. Esto está hecho sin ningún ánimo de lucro. Y por supuesto siempre está el placer de hacer cosas, eso no te lo quita nadie. Creo que eso es el motor de cualquier inquietud artística, el hecho de hacerlo. No puedes esperar qué es lo que van a pensar los demás, si les va a gustar o no. A mí con el hecho de hacerlo ya es suficiente.

Lo tuyo con la literatura es más que pasión. El apelativo de Bunbury viene de "La importancia de llamarse Ernesto".

Exactamente.

En ese libro, Algernon, uno de sus protagonistas, finge tener un amigo llamado Bunbury que vive en el campo y con frecuencia está enfermo. Cada vez que Algernon quiere evitar una obligación social, o simplemente escaparse el fin de semana, le hace una visita a su "amigo enfermo". Así la excusa perfecta para salir de la ciudad, y evadir responsabilidades. Algernon llamaba a esta práctica "Bunburying". ¿A qué recurre entonces Bunbury cuando necesita evadirse?

Ja ja... Hostias, ha llegado un momento en el que al final, claro, persona y personaje se han confudido de tal manera que no sé hasta qué punto existe una máscara o no. Aquello que en principio para mí era una forma de decir "bueno, esto es un personaje público y lo diferencio de la persona normal que va al supermercado a comprar"... Nadie, por ejemplo, me llama por mi verdadero apellido y muy poca gente me llama incluso Enrique. Se ha convertido ya más en un apodo que en un personaje público. En mi vida personal y cotidiana sigo siendo Enrique Bunbury, y creo que está bien.

¿No pesa entonces la importancia de llamarse Bunbury hoy día?

No, porque creo que a mí me ha dado más cosas buenas que malas. Y eso que, por supuesto, me han caído pedruscos en la cabeza. Pero a lo largo de mi vida pienso que llamarme Bunbury me ha dado más cosas buenas y que veo más alegría en la gente que se me acerca que enfado, tristeza o desagrado.

Supongo que hacer algo anónimo como Los Chulis, con tus versiones de temas de Bowie o Cohen, entre otros, debe ser liberador...

Sí, pero los he disuelto también. El último año disolví Héroes, disolví Bunbury y Vegas, disolví El Huracán Ambulante... y Los Chulis. Y me he quedao solo.

Ja ja... Pues espero no disuelvas la editorial.

No, no, la editorial no. Lo de Los Chulis durante un tiempo fue el placer de sacar versiones, me gusta mucho hacer versiones. Pero ahora estoy en un momento en que tengo muchas ganas de hacer canciones mías, de enfrentarme con ellas al público. También debe ser algo divertido colaborar con músicos tan distintos como los que has colaborado: Raphael, Shuarma, Pereza, Aterciopelados... ¿qué te mueve a este tipo de encuentros?

Pues supongo que porque la música para mí es fácil, no es un castigo ni un sufrimiento. Mira, quizás es un ejemplo un poco extraño, pero si David Bustamante estuviera aquí en el hotel, nos encontramos y me dice: "Oye, tengo en mi habitación una guitarra, ¿por qué no te subes y tocamos un rato?". Ya no digo grabar, porque yo creo que David Bustamante no debería de grabar conmigo. Pero si me dice "Oye, vamos a subir y tocamos un rato", "te voy a enseñar unas canciones que he compuesto" o "¿por qué no tocamos canciones de AC/DC?", yo ten por seguro que diría "¿canciones de AC/DC con David Bustamante? ¡Vamos para arriba! ¿Cuál es tu número de habitación?". Me gusta mucho hacer cosas así. Pero claro, también tengo mis criterios a la hora de elegir con quién colaboro. Hay un criterio que es la amistad, que es un buen criterio. Hay otro criterio que es que simpatizo con lo que hace el otro. Y el último criterio es que me parezca un honor. No siempre coinciden los tres, o a lo mejor sólo se da uno.

Empezamos hablando de las 100 preguntas y terminamos con ellas. De entre todas, una llamó especialmente la atención: "¿Qué temes como artista y como persona?". Y tu respuesta entonces fue: "Como artista, a la sequía; como persona, al artista". ¿Siguen ahí esos temores?

El temor al folio en blanco y a que no te salga absolutamente nada es un temor que, con toda mi valentía, puedo decir que no lo tengo. Ahora no lo tengo. Pero sí que ha habido momentos en los últimos veinte años que sí. Las personas más cercanas lo han vivido, esos momentos en los que digo: "Me cago en Dios, no me sale nada, tenemos que retrasar el disco". Y de repente, a la semana digo: "Se me ha pasado el bloqueo". Principalmente es cuando empiezo a trabajar en un nuevo disco, que no te sale nada o lo que te sale dices "esto ya me suena a algo". Pero sé que todo eso se puede vencer y que hay una forma muy buena para vencerlo que es el trabajo. Hay que trabajar. Y eso elimina todos los temores.

¿Y el temor del hombre al artista?

Ahora mismo tampoco lo tengo, porque pienso que están muy cercanos y que los he sabido conjugar. El artista no está tan lejos, no es tan artista y es más humano. Y el humano tiene la vida de músico, y lo reconoce. Vivo como lo que soy y me siento a gusto con ello. Creo que he encontrado un pequeño cierto equilibrio, porque sé que puedo ser y hacer ambas cosas. Puedo tener una vida normal y corriente. Yo no soy David Bisbal, yo puedo andar por la calle. Puedo dar un paseo ahora mismo y recorrer esta ciudad sin ningún problema, y a lo mejor me reconoce alguno y me pide un autógrafo, pero ya está. Imagino que Michael Jackson, o Bisbal, lo tienen más jodido. Creo que puedo ser un músico, con carrera, y a la vez tener una vida normal.

No hay comentarios: